La ira es una carta pequeña de traición.
Tan pequeña es, que por lo general te traiciona a ti mismo.
Esta mañana desperte porque escuche gritos.
Veo el reloj y son las 9 de la mañana.
¡¿Quien demonios pelea a las 9 de la mañana?!
No son los vecinos, es en casa.
Mi hermana discute con mi abuela.
Discute a gritos.
Por segunda vez en mi vida veo a mi hermana dejarse dominar por su ira.
No me levanto, me quedo bajo las cobijas escuchando el pleito.
Llega mi mama. Eso no me agrada.
Mi hermana es una persona muy inteligente.
Pero esta vez no se pudo contener.
La razon es tan absurda, que pena me da mencionarla.
Mi cabeza se enciende, quiero volver a dormir.
No puedo.
¿Quien se va de la casa?
No se azoten. No vale la pena.
Mi madre llora. Ella quiso que vivieramos con mi abue.
Pero mi abue no queria vivir con nosotras.
Parece que la pequeña carta de todas, las esta dominando absurdamente.
La verdad el pleito es tan estupido.
Le dije a mi hermana que fuera mas prudente.
Mas tolerante. Mi abue es eso, una ancianita.
La ira es algo que uno puede dominar.
Pero uno entre mil.
Tengo sed. No quiero ni atravesarme para ir a la cocina.
Llega mi tio a poner las cosas en su lugar, según.
Suena mi cel. Tengo un mensaje.
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