miércoles, 16 de julio de 2008

Condena

Es tan triste pretender cambiar y no poder, pretender ser como un dia fui y no poder...
Hay tanto que tengo que aprender y algo me lo impide...
Ya deje de repartir culpas, pues no puedo pretender condenarte a ti por algo que se, solo esta en mis manos...
Sin embargo llega la noche y con ella el silencio, y en mi mente se despierta tu recuerdo traicionero... y con el esa maldita rabia que hace años no me deja ser feliz.
No puedo evitarlo... simplemente no puedo... tu rostro me persigue a todas partes, esta en todos los hombres que se atreven a mirarme a los ojos, tus palabras salen de sus labios como si salieran, maldita sea!, de los tuyos.
¿Acaso tengo que desear la muerte para que esta condena se acabe?
Y dentro de esta penumbra cruel, que se sana con lagrimas desesperadas y silenciosas, con vomitos nocturnos y navajas ensangrentadas, no existe nadie que me auxilie, porque nadie se da cuenta de mi dolor ya casi innato... solo tu.
Pero se que tu nunca mas regresaras a sanar este corazon casi hecho añicos, me lo dijiste aquella ultima vez mientras mis labios dibujaban una falsa sonrisa.
Es asi pues, que esa navaja no cesara de trazar dolor en mi piel, hasta que mis venas acaben por vaciarse, hasta que mi corazon bombee la ultima gota de mi sangre, quiza hasta entonces pueda ser feliz y quiza entonces, tu condena estara consumada.

1 comentario:

Aura dijo...

Woras... que profundo...yo si te compraba un libro :P